DÍA NOVENO
Texto sobre el Espíritu Santo de santa Isabel de la Trinidad
Son muy ricas las referencias que santa Isabel de la Trinidad hace del
Espíritu Santo en sus escritos. Solo recordamos aquí su “Poesía de Pentecostés”
que es una síntesis de su pensamiento.
Con tus llamas ardientes y puras/ dígnate,
Espíritu Santo, abrasar
mi alma; / consúmela en el amor divino. / Oh Tú a quien invoco cada día!
Espíritu de Dios, brillante
luz, / Tú que me colmas de favores/ y me inundas
también de tus dulzuras
/ quema, redúceme
a la nada toda entera.
Tú que mi vocación
me has otorgado, / condúceme también a la unión íntima, interior, a aquella vida /
toda centrada en Dios, que tanto ansío. […] Espíritu
Santo, Bondad, Belleza suma, / Tú, a
quien adoro y a quien amo, / consume con tu fuego divino / mi
cuerpo, mi corazón,
toda mi alma. / A esta esposa [de] la Trinidad
/ que sólo
ansía hacer su voluntad11.
Textos sobre el
Espíritu Santo del beato Tito Brandsma
Textos sobre el Espíritu Santo de Sta Teresa del Niño Jesús
En Santa
Teresa de Lisieux, el fuego será el símbolo por excelencia para indicar la
acción del Espíritu Santo en cuanto a fuego transformador que la une a Cristo y
la lleva a la plenitud de la vida divina, que se desbordará en la Iglesia.
«Jesús mío, yo te amo, me abrasa con su fuego tu
Espíritu de Amor. Amándote yo a ti, atraigo al Padre, mi débil corazón se
entrega a El sin reserva»12. «Yo pido a Jesús que me atraiga a las llamas de su amor, que me una tan íntimamente a El que sea
El quien viva y quien actúe en mí. Siento
que cuanto más abrase
mi corazón el fuego del amor, con mayor fuerza diré “Atráeme”; y que cuanto más
se acerquen las almas a mí (pobre trocito de hierro, si me alejase de la
hoguera divina), más ligeras correrán tras los perfumes de su Amado. Porque un
alma abrasada de amor no puede estarse inactiva»13.
Textos sobre el
Espíritu Santo del beato Tito Brandsma
«Como una Madre entre sus hijos […]. Les recuerda las pala- bras de Jesús
que lleva guardadas en su corazón. Los anima a una oración de confianza, para
que el Espíritu Santo venga a renovarlos y transformarles los corazones. ¡Ojalá
tuviéramos las disposiciones
debidas! Oír a María. También a
nosotros nos
dirige sus palabras. Somos también apóstoles que
tenemos necesidad del Espíritu Santo, pero es necesario que el amor reine en
nuestros corazones y que nos entreguemos totalmente a Dios, si queremos que en
ellos encuentre lugar. Nuestro corazón no será digno de recibirlo, a no ser que
nos dispongamos a oír sus inspiraciones. […] Somos
hijos de Dios y de María, Ella es nuestro refugio y nuestra
esperanza. Querremos
orar con Ella para recibir, por
su intercesión, el Espíritu Santo, el cual nos transforme
en hombres nuevos
y diferentes. […] Nuestra
Señora trajo al mundo el Fuego que ha de inflamarlo. Que se encienda y
arda también en nosotros»14.
Notas
11 Poesía 54, Pentecostés, 29.5.1898.
Tenía entonces 18 años.
12 Poesía 17, 2. ¡Vivir de Amor!
13 Manuscrito C 36r.
14
Tito BRANDSMA, Ejercicios bíblicos con María para llegar a Jesús, Cesca, Caudete
1978, 75-76.
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