Te
pedimos, Señor, por América, el continente de los grandes rascacielos
y de las grandes chabolas. Donde convive la democracia con la segregación
racial, con la explotación de los oprimidos y con la tortura de quien se opone
a la injusticia. La gente muere de hambre por no tener que llevar a la boca. La
salud pública no tiene los medios necesarios para las necesidades de todos. La
gente intenta emigrar a otros países para vivir mejor, o muere de hastío por no
saber qué hacer. Y donde la religión se confunde con la droga o la
superstición, y donde muchos hermanos no te conocen o no quieren saber nada de Ti.
Que
América el continente joven, nos de vida y juventud, que resuene tu voz de
nuevo. Y que los poderosos respeten sus creencias, sus posesiones y sus vidas.
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