DÍA SÈPTIMO
Textos sobre el Espíritu Santo de santa Teresa de los Andes
A los 17 años
le es concedido descubrir el sentido
de la vida intratrinitaria (Jn 14, 23),
como lo refleja el primer texto de su Diario. El segundo texto corresponde
al retiro de Pentecostés que realizó en el primer mes
de su ingreso en el Carmelo
del Espíritu Santo de Los Andes, a los
19 años9.
«Vivir en unidad de
pensamientos, en unidad de sentimientos, de acciones,
y así, al mirarme el Padre, encontrará
la imagen de su Hijo. Y el Espíritu Santo, al ver residir al Padre y al Hijo, me hará su esposa
y las Tres Personas vendrán a
morar en mí».
«Entré ayer a retiro. N, Señor me dijo que fuera por El a su Padre. Que lo único que quería en este retiro era que
me escondiera y sumergiera en la Divinidad para conocer más a Dios
y amarlo, y conocerme más a mí y aborrecerme. Que quería que me dejase guiar por el Espíritu Santo enteramente. Que mi vida debe ser una alabanza continua de amor. Perderme en Dios. Contemplarle siempre sin perderle
de vista jamás. Para esto, vivir en un silencio y olvido de todo lo creado, pues Dios, por su naturaleza, siempre vive solo. Todo es
silencio, armonía, unidad en El. Y para vivir en El, es
necesario simplificarse, no tener
sino un solo pensamiento y actividad: alabar».
Notas
9
En sus escritos
hay 58 menciones al Espíritu Santo. Al menos
33 de sus cartas las inicia
invocando al Paráclito para la
persona a quien escribe: “Que la
gracia del Espíritu Santo
esté en su alma”, o “Que el Espíritu
Santo sea en el alma de…”. Los textos
corresponden a su Diario, n. 20 y 56.
9
En sus escritos
hay 58 menciones al Espíritu Santo. Al menos
33 de sus cartas las inicia
invocando al Paráclito para la
persona a quien escribe: “Que la
gracia del Espíritu Santo
esté en su alma”, o “Que el Espíritu
Santo sea en el alma de…”. Los textos
corresponden a su Diario, n. 20 y 56.
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