REFLEXIÓN
En la vida pública de Jesús aparece reveladoramente su Madre ya desde el principio, cuando en las bodas de Caná de Galilea, movida a misericordia, suscitó con su intercesión el comienzo de los milagros de Jesús Mesías. A lo largo de su predicación acogió las palabras con que su Hijo, exaltando el reino por encima de las condiciones y lazos de la carne y de la sangre, proclamó bienaventurados a los que escuchan y guardan la palabra de Dios, como ella lo hacía fielmente. (LG 58)
OFRECIMIENTO
Como María quiero estar atento a las necesidades de los demás e interceder por ellos confiando en la capacidad transformadora de la Palabra de Jesús.
En este quinto día de la novena elevo una oración de intercesión por personas concretas de las cuales conozco sus carencias materiales o espirituales.
+ Padre Nuestro… Ave María… Gloria.
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